27/11/2015
Tres años para lograr aprobar una constitución. Eso es lo que tardaron los tunecinos en ponerse de acuerdo para declarar que se constituían en una república democrática y confesional, con libertad de cultos.
Las transiciones en el norte de África han resultado muy difíciles. Ha sido esta la que ha conseguido un nivel de aceptación y de equilibrios políticos y religiosos suficientes para dar un paso enorme hacia la democracia. El yihadismo no lo puede permitir porque sería un borrón en el mapa que pretende diseñar para su estado. Sin embargo para la mayoría de los tunecinos volver a tiempos atrás sería suprimir derechos, reducir o eliminar libertades. Y para la Unión Europea significaría un fracaso, y un mayor peligro para su seguridad en tierras muy cercanas.
El atentado el pasado día 24 en la capital ha causado once víctimas. Nosotros lo lamentamos profundamente y hacemos llegar al embajador de Túnez en España nuestro pesar por las vidas destrozadas.
Un país que ha pasado por tantas dificultades en su camino hacia la transición a la democracia y al derecho, que preconiza la neutralidad política de mezquitas y centros educativos, y cuyos partidos islamistas moderados juegan un papel esencial, merece todos los apoyos de la U.E. para que su transición no fracase. Los españoles, por nuestra historia reciente, podemos entenderlo bien.