17/03/2016
La Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, considera que las actuaciones vejatorias sufridas por un grupo de mujeres de origen gitano que mendigaban en la Plaza Mayor de Madrid “son perseguibles en nuestro ordenamiento jurídico porque constituyen una manifestación insidiosa de intolerancia y discriminación, basada en la raza o en el origen nacional o social”.
La Defensora considera “inaceptable y vergonzoso” el comportamiento de los aficionados del equipo de fútbol holandés PSV Eindhoven y recuerda que “ninguna sociedad democrática puede permitirse abandonar la defensa de la dignidad humana”.
Para Soledad Becerril, “el trato denigrante constituye un ataque directo a los principios de libertad, respeto a la dignidad de las personas y a los valores superiores que constituyen el fundamento del nuestro Estado”.
En su opinión, no conviene olvidar que este tipo de actos no solo atacan o ponen en riesgo la dignidad individual sino, también, la colectiva porque constituyen violaciones directas de los principios de libertad, igualdad, dignidad, democracia, respeto a los derechos humanos y de las libertades. “Son, en definitiva, una amenaza para nuestra convivencia y paz social”, ha asegurado.
La Defensora responde con la mayor contundencia a estos incidentes cometidos por motivos de odio y discriminación y reclama la debida atención a las víctimas.