En 2010 se convocó la cuarta edición del Premio de Derechos Humanos Rey de España, a la que concurrieron 58 candidaturas de 18 países: doce de Argentina; seis de Chile y Perú; cinco de Bolivia y México; tres de Brasil, Colombia, El Salvador y Guatemala; dos de España, Honduras y Portugal, y una de Costa Rica, Cuba, Panamá, Paraguay, República Dominicana y Uruguay.
El Jurado decidió por unanimidad conceder el Premio a la organización “Un techo para mi país”, con sede fundacional en Chile, por sus méritos e importante labor en la lucha contra la pobreza, involucrando a la sociedad civil en la tarea de construir una Iberoamérica más solidaria, justa y sin exclusión. Su objetivo es facilitar a las familias que viven en situación de pobreza una vivienda digna y el acceso a oportunidades para mejorar su calidad de vida por medio de un nuevo formato de solidaridad activa, donde los jóvenes de la organización son verdaderos actores sociales que trabajan conjuntamente con los colectivos de personas más desprotegidas.
“Un techo para mi país” tiene presencia activa en dieciocho países de Iberoamérica y ha construido más de 70.000 viviendas de emergencia con la participación de 250.000 jóvenes voluntarios y de los colectivos en situación de vulnerabilidad.
Entre los numerosos premios recibidos por “Un techo para mi país” destacan los otorgados por la UNESCO y el Banco Interamericano de Desarrollo a las “Mejores prácticas en Políticas y Programas en América Latina y el Caribe”, o el “Habitat Scroll of Honour Award”, premio concedido por el Programa de Asentamientos Humanos de las Naciones Unidas, que es el más prestigioso a nivel mundial que se otorga a los trabajos en esta materia.
El 26 de septiembre de 2011, S.M. el Rey entregó el Premio a “Un techo para mi país” en una audiencia a la que también asistieron la Defensora del Pueblo (e.f.) y el Rector de la Universidad de Alcalá. Posteriormente se celebró en la sede del Defensor del Pueblo un acto de homenaje a la entidad galardonada al que asistieron representantes de las altas instituciones del Estado, cuerpo diplomático, mundo académico y diversas ONG’s, entre otros colectivos.