El Defensor apuesta por la plena integración y la igualdad real y efectiva de la comunidad gitana

08/04/2016

En el Día Internacional del Pueblo Gitano, el Defensor del Pueblo reitera su compromiso con esta comunidad y subraya la constante labor que realiza para lograr la eliminación de estereotipos y la remoción de los obstáculos que todavía hoy impiden su plena integración y la igualdad real y efectiva.

“Los gitanos son ciudadanos de pleno derecho en España”, ha asegurado la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, para quien “la comunidad gitana ha logrado progresos significativos; sin embargo, existen aún situaciones que requieren la atención de los poderes públicos y de toda la sociedad para conseguir que puedan ejercer sus derechos en igualdad con el resto de los ciudadanos”.

El Defensor del Pueblo, en colaboración con las distintas asociaciones que trabajan por la integración de la comunidad gitana, realiza actuaciones para la eliminación de estereotipos y la remoción de los obstáculos que todavía impiden su igualdad real y efectiva.

En 2015, la Institución logró que la Real Academia Española de la Lengua aceptara su sugerencia de incorporar a su Diccionario una nota de uso para advertir del significado “ofensivo o discriminatorio” de las acepciones “trapacero” y “trapacería” en la definición de las palabras “gitano” y “gitanada”.

Ahora, el Defensor ha iniciado una actuación ante la Dirección General de Servicios para la Familia y la Infancia (Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad), para conocer las medidas llevadas a cabo para favorecer la escolarización del alumnado gitano en la enseñanza secundaria obligatoria, a partir de las conclusiones publicadas en el estudio “El alumnado gitano en Secundaria. Un estudio comparado” que pone de manifiesto el alto nivel de abandono escolar en la comunidad.

Dicho estudio señala que los niveles educativos de la juventud gitana se encuentran por debajo de los del conjunto de la población, con una brecha que comienza antes incluso de la finalización de la enseñanza secundaria obligatoria, con algo más de un 60% de jóvenes gitanos que no logra el título de Graduado en ESO, y que se ensancha progresivamente con el comienzo de la educación secundaria postobligatoria.