En memoria de Francisco Rubio Llorente

25/01/2016

Francisco Rubio Llorente ha fallecido en Madrid el pasado sábado 23 de enero de manera repentina. Nacido en Berlanga (Badajoz) en 1930, era Doctor en Derecho y diplomado del Instituto de Sociología y Psicología Social de la Universidad de Colonia y del Instituto de Estudios Políticos de París.

Rubio Llorente ingresó por oposición en 1956 en el Cuerpo Técnico de Administración Civil, siendo destinado al entonces Ministerio de Educación Nacional, y en 1968 en el de Letrados de las Cortes. En paralelo, desarrolló su dilatada labor docente e investigadora, en la que fue profesor en la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Venezuela (donde fue discípulo de Manuel García-Pelayo, quien a su regreso a España sería el primer Presidente del Tribunal Constitucional entre 1980 y 1986), en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología y en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid, de la que fue Catedrático de Derecho Constitucional hasta su jubilación. Asimismo dirigió durante más de una década el Departamento de Estudios Europeos del Instituto Universitario Ortega y Gasset y fue profesor invitado en el Instituto Universitario Europeo de Florencia y en las Universidades de Harvard, Friburgo, Siena, Pau y Aix-en-Provence, entre otras.

Como Letrado de las Cortes, desde septiembre de 1977 hasta abril de 1979 fue Secretario General del Congreso de los Diputados, y en esa calidad, asesor jurídico de la Ponencia de siete diputados que redactó el Anteproyecto de Constitución. Posteriormente, tras dirigir unos meses el Centro de Estudios Constitucionales, fue elegido en febrero de 1980 Magistrado del Tribunal Constitucional, donde desempeñó esta alta magistratura hasta 1992, los últimos tres años como Vicepresidente del mismo, siendo protagonista destacado de buena parte de la importante jurisprudencia sentada por el Tribunal Constitucional durante sus primeros doce años de funcionamiento.

Vuelto a su dedicación académica, en la que produjo a lo largo de los años una importante obra doctrinal, fue llamado de nuevo en 2004 para presidir el Consejo de Estado, institución desde la que dio cumplimiento, entre otros muchos, al encargo del Gobierno de efectuar un informe para preparar una eventual reforma constitucional, cuestión de latente actualidad en nuestros días, pero sobre la que lamentablemente los actores políticos que con más fuerza la propugnan no suelen prestar mucha atención a este informe.

La Defensora del Pueblo y todo el personal de la Institución quieren expresar a su familia y amigos sus más profundas condolencias y rendir homenaje a la memoria de este jurista, funcionario y ciudadano ejemplar.