Gratitud para Enrique Múgica, por Soledad Becerril
Se nos muere, en medio de un gran y triste silencio, una generación que hizo la Transición. Fueron aquellos que tuvieron claro que había que pasar de la Dictadura a la Democracia; aquellos que dieron pasos de gigante para que España se convirtiera en un Estado de Derecho, y lo hicieron con decisión, inteligencia, y generosidad. Entre aquellos estuvo el aguerrido abogado vasco, Enrique Múgica.
Fui elegida Defensora del Pueblo en julio de 2012, tras dos mandatos de Enrique como Defensor, y por eso pude comprobar muy de cerca su labor en la Institución. Fue firme y justo, como lo describe el retrato que cuelga en la pared de la sala donde tantas veces se pronunció y exigió el cumplimiento de la Ley y la defensa de los derechos.
Fue para mí un honor intentar proseguir su trabajo, y comprobar su buen hacer, su valiente lucha contra la banda terrorista ETA, y el aprecio de todos los demócratas hacia su persona.
Lamento mucho su fallecimiento, y envío un afectuosos y agradecido recuerdo hacia su querida familia.